09 marzo 2009

Entre la selva dormida


Minificción "Entre la selva dormida"
Autor: Javier Reséndiz


Rayito de luna blanca,
que iluminas mi camino;
así es tu amor en mi vida,
la verdad de mi destino.
Tú diste luz al sendero,
en mis noches sin fortuna;
iluminando mi cielo,
como un rayito, claro de luna…

Extracto de la canción "Rayito de luna",
del canta-autor mexicano Chucho Navarro



P

epas en el bol: ciento veintiuna, ciento veintidós… Ciento veintitrés, para ser exactos.
Pasaje a New York, con reservación en un hotel.
Frío intenso, de lluvia anegada.
Los bolsillos rotos, las necesidades llenas.
Una raya, tres rayas, forman una reja.
En medio, el ojo de Dios y, a sus lados, el Divino Verbo y el Espíritu Santo.
Sus matones, sus espías.
Diabolo
Spitfire
Shango... Manitú.
El vuelo inicia en Occidente, donde perece el Sol. Estrella perfumada, rictus de dolor.
Novocaína... —van cien y faltan veintitrés—.
Me gustaba meter los pies en la charca y sentir el agua entre mis dedos.
Paz, Soledad, Verde Intenso... rojo pálido, gris de bruma.
Hoy, pecaríes arrastrando el hocico. Mañana, coctel a las diez.
Luego atrapaba sapos, por montones, todos príncipes y yo el rey entre ellos.
Entra la última... —embarazo de agua, fruta cristalizada—.
Me iré por el malecón y le diré adiós a Chuchita.
Quizá no le mande una postal, pero le mandaré mis besos.

Adiós, ahuehuete, me voy.
Adiós, malecón, extrañaré tu risa.
Iré donde los dioses, a surcar los cielos. Quizá vuelva, pero no me esperes.
¡¡ Adiós, Chuchita !!
Te dejo mis sueños, allá no los necesito.
Si acaso regreso me los devuelves y te daré las gracias por habérmelos guardado, porque el mundo no le pertenece a los que nacen; le pertenece a lo abstracto y siempre nos queda a deber.

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