23 marzo 2009

Estan sucediendo cosas


Minificción "Están sucediendo cosas"
Autor: Javier Reséndiz

En su inicio fue un acontecimiento difícil de digerir para muchos de nosotros y lo calificamos como un acto más de la charlatanería comercial que nos abrumaba por momentos en aquella época...


Image Carnaval by Vicente Dopico-Lerner


Con el tiempo fuimos asimilando que era verdad y nos acostumbramos a la idea de que no estábamos solos, al grado de considerar aburrido y hasta fastidioso tener que convivir con formas de vida alienígena, pues entendimos que no sólo han existido desde siempre, sino que, como se constató poco después, nos atiborran en número incuantificable...

(en especial si tomamos en cuenta a los miembros de esa extraña especie que son como corpúsculos energéticos casi indetectables para la vista y cuya cantidad es prácticamente infinita)

...y que están presentes en todos nuestros actos de vida, desde el nacimiento hasta la muerte, sin que podamos hacer nada para evitarlo.

Es decir, nos miran cuando nos bañamos, cuando hacemos el amor, cuando asesinamos y hasta cuando nos suicidamos, sin dejar de lado cuando realizamos nuestras ceremonias más sagradas, de las cuales no entienden ni siquiera un ápice partido por la mitad y a las que, a pesar de ello, presencian con morboso deleite.

Aún así, nos gustara o no, con el correr de los meses nos habituamos a su descarada estancia entre nosotros y llegamos a creer que ya habíamos visto lo más increíble, así como experimentado lo peor que pudiera ocurrirnos desde que el mundo es mundo.

Sin embargo, a últimas fechas, han estado corriendo rumores muy fuertes y cada día son más los humanos y alienígenas crédulos que se reunen en el desierto; pues, según dicen, se han avistado ángeles deambulando por allí...


Ilustración: Vicente Dopico-Lerner
Si quieres conocer más de V. Dopico-Lerner

2 comentarios:

Manuela Fernández dijo...

Y cuando se integren los ángeles entre nosotros avistaremos nuevos seres, porque el caso es anhelar lo desconocido.

Javier Reséndiz dijo...

Ese es un hecho indiscutible. Somos como perros de presa que, tras alcanzar la primera, insatisfechos vamos en pos de la siguiente.